El domingo pasado, en su alocución del rezo del Ángelus, el Santo Padre remarcó que “fe y fortaleza van juntas. El cristiano no
es violento pero es fuerte y ¿con que fortaleza? con aquella de la
mansedumbre; la fuerza de la mansedumbre, la fuerza del amor”.
Y sin dudas este es un punto en el que nuestra fe cristiana encuentra un punto de contacto profundo con los movimientos más fuertes del siglo XX que han luchado tantos años y en tantos frentes por la Paz.
Sólo mencionar cuatro emblemas de esta propuesta cristiana y humana en el sentido más profundo que anunciaba en los primeros tiempos del cristianismo San Ireneo (CIC N° 294): Mahatma Gandhi - Martin Luther King - Teresa de Calcuta y Nelson Mandela.
Gandhi decía: "No hay camino para la paz, la paz es el camino" y "El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla".
Luther King: "Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero
no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos." y "De mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi la técnica de la acción".
Teresa de Calcuta: "Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios." y "No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz".
Nelson Mandela: "Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero." y "Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero."
¿Cuánto para aprender de estas luminarias de la humanidad? ¿Cuánto para aprender de Jesús de Nazareth, el modelo de cada uno de ellos, aún aunque no lo supieran? Porque de eso se trata el trasfondo del mensaje de Francisco y la Fe que comparto en este post.
Lic. Prof. Ernesto Gabriel Cela - ernestocela@gmail.com
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